Matches does not match

Y parecería que estuviara predestinado, llega el momento en que envías un mensaje diciendo: “Qué tal? Qué haces esta noche?”. Y puede que la espera se haga interminable esperando esa llamada, ese mensaje... O peor aún que recibas una respuesta polar que resulte más vergonzosa que la no respuesta.

Pero a quién no le ha pasado? Me he visto contar compulsivamente los palitos dentro de una caja de cerillos, pone que hay más o menos 45, pero siempre hay 47...

De pronto te involucras en un intercambio de sms... Esperas unos días y la paciencia parece haberte abandonado. Apuras las horas pensando en si lo haces o no. Ya no tienes esperanzas. Tratas vanamente de enredarte la cotianidad, la vida en la oficina, las tareas del hogar, el libro que dejaste por mitad...

Que va! Si hasta borro tus mensajes, te borro de mis contactos en el Messenger y empiezo el proceso me-olvido-para-siempre-de-ti-y-no-te-llamo-más...

Prendo otro cerillo y con este un cigarrillo y me diluyo detrás del humo del tabaco para ocultar mis tontas lágrimas...