martes, octubre 06, 2009

À l'intérieur


Francamente carezco de sentido de orienación, sobre todo dentro de infraestructuras. He emprendido un viaje al interior, al interior de mí misma. Cada día encuentro caminos que se cruzan, superponen, me confunden... No hay señales de tránsito, no hay GPS, no hay BB, no hay planos para encontrar el tesoro, como los que ilusamente usábamos siendo niños confiando en que el futuro o lo desconocido siempre sería mejor que lo que ya conocíamos.

En mi interior, conviven fantasmas, monstruos espeluznantes, cosas a las que temo y no se cómo enfrentar. Hay noches de insomnio, hay píldoras para no soñar, hay pesadillas y cosas que no me avergüenzan y que sin embargo harían subir los rubores de mis seres queridos.

También ahí dentro, puedes encontrar cosas maravillosas, mis sentimientos, las cosas buenas que me gusta hacer por los demás, el amor que le tengo a mis seres cercanos, a mi hermano, a mis dos hermanas, a mi hermana Ivette, a mi hermana Airin, a muchas otras hermanas, incluso a las que no he conocido, a mis hermosos sobrinos; por supuesto, a mis padres, a mis dos abuelas… Las sonrisas, a veces forzadas, pero siempre genuinas que ofrezco a todo aquel que me brinda la oportunidad de regalárselas.

Están mis metas fallidas, mis metas logradas, los dolores, las iras, el perdón a los demás (aún trabajo en el perdón a mí misma, pero un paso a la vez), está Scooby Doo, todos los discos de Backyardigans, y muchos otros que encuentras cuando miras a los lados del camino.

Lo bueno es que a pesar de las encrucijadas, las decisiones difíciles, las paradas del bus y los cambios de rieles, todas las veces que llego al andén equivocado y que me ha dejado el tren, mis confusiones de orientación, las veces que me perdí en Barcelona, las veces que emprendía el viaje hacia el Ensanche Ozama y no se cómo terminaba en Maquiteria, la vez que lloré porque salí a buscar unos pasteles en hoja y vi una señal que ponía “Bienvenidos a Capotillo”, la vez que me bajé del Subway con mi abuelita en Washington Heights y nos amenazaban los piropos, o más bien improperios que nos gritaban los muchachos de la comunidad… Con mamá en Harlem, a una hora peligrosa... El aeropuerto Charles de Gaulle...

El punto es que siempre, y lo habitual es que no sea la forma más fácil, siempre que me he perdido vuelvo a hallar el camino; confío que este viaje a mi interior, a pesar de los recovecos, las calles sin salida… Dar una vuelta en mi bicicleta imaginaria por mi cárcel interior, está representando muchas lágrimas y sonrisas, aprender a amarme a encontrar rutas alternas…Pero se que la recompensa serán los planos de mi corazón, espero que el periplo valga la pena y espero no perderme tan a menudo...

Etiquetas: , , , ,

1 Comentarios:

Anonymous Michelle Brea dijo...

Amiga!
Ufff yo también ando perdida.

Pero como tu misma dijiste siempre tienes esa sonrisa que ofrecer donde uiera que estes que hará que alguien te ayude a encontrar tu centro nuevamente.

No desfallezcas!

12:10 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal