viernes, octubre 13, 2006

Your're never there...

El otro día, estuve escuchando, sin querer, a través de las delgadas divisiones que usualmente separan a un grupo de individuos que laboran en un mismo lugar, una conversación entre dos o tres de las muchachas más jóvenes de la oficina y un par más un poco mayores. Hablaban sobre hombres, un tema muy manido entre dos o más mujeres.

Una de ellas, la líder momentánea, les decía a las demás que había estado saliendo con un tipo, y el fulano dejó de contestarle el teléfono… Esta situación me transportó a la cantidad de veces que he pasado por víctima de esta situación y me aterroricé de pensar que he podido pasar por culpable en alguna ocasión… De hecho, ya me había comentado una amiga querida sobre un muchacho que pensaba que yo le estaba haciendo esto, que en este caso no es cierto, juro que ha sido producto de una confabulación de líneas celulares.

El caso es que después de todo este proceso de auto evaluación por el que pasé, pienso que cuando iniciamos una de estas relaciones pseudos-amistosas-amorosas-románticas, de esas en las que sales habitualmente con alguien o incluso si solo han sido un par de veces, te vas de copas, ven películas juntos, sexo, en fin que creo que todo el mundo se ha visto en la situación. No es propiamente el concepto de los “novios” o “enamorados” que tuvimos de niños. Estas relaciones no conllevan los deberes a los que obliga la formalidad, no hay muchas ataduras…Ni respetos.

Y en el punto de los respetos, y jugando al abogado del diablo conmigo misma, entendí lo fácil que se entra o se sale de una de estas relaciones. Quizás debería redactarse algún tipo de código de ética con el que contemos para no herir ni ser heridos o al menos una salida elegante. Lo más natural sería poder avisar cuando uno de los componentes de la pareja decida desligarse del asunto, sin que nadie se sienta mal o comprometido. O sin tener que recurrir a la ingrata práctica de enfriar los vínculos desapareciendo, postergando las salidas, inventando excusas, no tomando las llamadas…

Todavía me pregunto por qué no podemos asumir una actitud madura para encarar el término de una relación. Si por definición cuando inicia una relación de cualquier naturaleza, sólo tiene dos caminos: formalizarse y perdurar o definitivamente acabar. Buscamos, que por cansancio, la otra persona se resigne y abandone, buscamos que nos dejen... La salida más fácil. Para mí es una actitud cobarde, mezquina, egoísta, hasta un poco canalla. Yo prefiero, y es lo que haré de ahora en adelante, ir de frente. No me gustan las cosas a medias.

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4 Comentarios:

Blogger Mich dijo...

A mi tampoco me gustan las cosas a Medias!!!!!!!!!!!! TODO o NADA!!!

11:28 a. m.  
Blogger Desendilgada dijo...

Eso ya lo se de ti Mich! Oye, dime a quiénes tengo que ir convocando para el cumple, se me olvidaron los nombres ;(

11:46 a. m.  
Blogger Goyitrina dijo...

La vida quiere mediocridizarnos (vaya eso suena a malapalabra), nos quiere acostumbrar a conformarnos.

Pero el raciocinio mezclado con un puñado de locura y mucha emocion es lo unico que nos saca de ese abismo de caras conformes con una vida conforme a lo que estan conformes los preceptos de los conformizados seres de almas ambulantes.....

8:25 p. m.  
Blogger Desendilgada dijo...

Goyitrina, creo que esa palabra te la inventaste. Jajaja! Pero vale, entiendo perfectamente lo que me dices...Me ha encantado lo de conformizados. Genial! Un abrazo!

7:56 a. m.  

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