jueves, marzo 15, 2007

Hit the Road Jack


Hit the road Jack! Sonaba en el silencio de su cerebro en el mismo instante en que llevada por el impulso que provoca un agobio tras el otro tomó el volante de su carro. Sin pensarlo dos veces, sin mirar atrás, avanzó por calles y avenidas, dejando a su paso la intermitencia de las líneas blancas pintadas sobre el asfalto.
Su corazón latía aceleradamente por la emoción que le provocaba la idea de escapar. Intuía el sabor de un delicioso cóctel de miedo, deseo, placer, alegría. Todas estas emociones venían a solaparse sobre su pecho por el sencillo hecho de haber decidido tomarse un tiempo para sí misma, para profundizar dentro de su interior y ahondar para dar respuesta a sus múltiples por qué.
Lo había venido pensando durante un tiempo, quizás sin tener el cuidado de saber que a fuerza de pensar las ideas se hacen hechos… Pero su día a día era tan agitado, tan atropellado, tan revuelto, tan perturbador, que a menudo la angustia corría sobre sus mejillas. Cada día, sintiéndose como una autómata despertaba a las 4:38 am, bajaba las escaleras, buscaba agua en el pozo, iba a la estufa, calentaba una parte y prendía la cafetera. Estaban a punto el agua y el café, caminaba escaleras arriba café y agua en manos, se daba un baño a cántaros, ponía el noticiero mientras se vestía y tomaba una sopa, todo al mismo tiempo… Llegaba al trabajo y como una máquina sentada frente a otra máquina realizaba con eficiencia sus faenas habituales. Siempre sonreía mientras hacía su labor, nadie nunca supo su estado de ánimo real…
A veces salía, ya noche, y sentada en el banco de un parque o en el sofá de alguna sala de algunos amigos o en la barra de un bar, sostenía alegres conversaciones sobre temas alegres aunque por dentro escuchaba susurros, escuchaba gemidos, sentía el dolor, pero mordía sus labios y seguía adelante… Y como cada día repetía sus temores, sus vergüenzas, su dolor, pero sonriendo todo volvía a comenzar. Repetía mentalmente, seguir hacia delante, infinitas veces, y en sus juegos mentales se preguntaba qué habría después.
Por eso, ese día corrió lo más rápido que pudo, se escapó de aquella rutina aplastante, abandonó sus días clonados, con los ojos desquiciados y su corazón lacerado recubriéndose de alegría frente a la sola idea de tomar siete días y desaparecerse del mundo, sin decir adónde, sin decir por qué…

Etiquetas: , , , , , ,

7 Comentarios:

Blogger luima dijo...

el que se fue no hace falta .........

11:07 a. m.  
Blogger Alguien dijo...

Lo has hecho tu, dejar todo lo que te atormenta atras.

6:17 p. m.  
Blogger Mich dijo...

jejejejejejeje!!!!! oyeeeeeeeee dique 7 días!! LOL!

xoxo

10:19 p. m.  
Blogger Franci dijo...

Hey! Mucho tiempo que no sé nada de ti!!!! Espero que estes bien! Besos!

12:29 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

fueron 9,que te perdiste y de ellos 7 en que cambiaste el rumbo de la historia,en el que demostraste que eres de los elegidos.en los que descubri que eres mas grande que la enorme distancia del trayecto que te llevo donde te perdiste,o digo donde te le perdiste a todos, menos a uno,ese a quien al perderte encontraste.

2:01 p. m.  
Blogger Alguien dijo...

Representas parte de las varaciones que hacian mi lectura mas amena, en español, se le extraña por aca.

9:58 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

Me imagino que eso nos pasa a todos los seres humanos en una u otra etapa de la vida... Yo lo he hecho ya varias veces y me apuesto a que un dia no regreso.
Saludos,
Jay

2:16 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal