My infinite sadness

Siempre me ha gustado la noche, el misterio de la oscuridad, las sombras, el pálpito de niña que me advierte una sensación destellante de peligro inminente y que ya de grande sabes que no pasa nada.... Siempre es un buen momento para pensar, para reagrupar mi interior; me identifico con ella, me siento parte de ella, tenemos una suerte de intimidad con gozo de complicidad. Así que podrían cuestionarme de que en la noche no hay más soledad que a cualquier hora del día, pero cuando Ella viene, te pasa el saldo de lo que te falta. La noche ensancha el vacío interior de cada uno. Puede agobiarte...

Y en fin que no se cómo viene a ser todo, sí es que me ha dado por pensar que puede ser cierto, y como una especie de sortilegio, el famoso mito de los "seres redondos", y en la noche es que me cuesta más llenar este espacio en blanco. Dónde estaba yo cuando Noé articuló su famoso arca? Y por qué a este señor se le habrá ocurrido forzarnos el cuento de ir por la vida de dos en dos? Por qué me invade una infinita tristeza cada vez que me lo pienso? Para colmo, parece que según voy creciendo ha ido acaeciendo una franca disminución de mi banca de amigos, y los que vienen son cada vez más oportunistas y se va desvelando la infantil fantasía de la "amistad"... Se agolpan en mi cabeza frases como "las penas compartidas caben a menos" y recuerdo los números pares, los binomios y demás monigotadas.

Lo cierto es que ya no me hace gracia Andy Kaufman, ya no río con el mismo brillo cuando lleno la pausa con las tontas series de comedias americanas, nunca me han gustado los payasos o las payasadas, y cada vez más a menudo pienso en lo lamentable de la muerte de Chéjov.

Ya la noche para mí no es la misma, otro desengaño, no? Pero en realidad no estoy tan sola, me acompañan la Noche y la Soledad, aunque no se cuál mitad me corresponde...