miércoles, febrero 15, 2006

Sólo se vive dos veces...

Sólo cuando logré acallar mi interior, todas las vocecillas, alegres y tristes, absurdas y sabias, que no paraban de opinar dentro de mi cabeza, pude darme cuenta de cómo fluye la energía del universo y las misteriosas formas en que percibo la realidad. Atravesé el famoso umbral que mencionaba Castaneda, y la satisfacción es genial.

Rompí los grilletes del mundo exterior, qué poco me importa la opinión de mi hermana, o de mi madre, o la gracia de la bóveda celeste...

Agradezco enormemente a todos los contribuyentes para que diera yo este paso... Trascendí el temor! Sigo viviendo dos veces, y me encanta esa posibilidad. Ellos siguen sin entenderlo, no pienso hacer nada por ayudarlos, de todas formas es tarea de cada cual atravesar el umbral, seguirán hablando pues se han incapacitado adrede en comprender que pueda ser feliz sin ellos, no es tarea fácil el afecto con desapego.

Y pensar que lanzan sobre mí toda suerte de blasfemias! Reniego la altanería de pensar que sigo siendo, después de tanto tiempo, tema de conversación en sus tertulias... Sólo gastan su energía, pues ya alineé mi centro de decisiones, firme en mis propósitos, por eso ando este plano con la sonrisa en los labios y el guerrero en mi corazón, aunque mi realidad no es nada ordinaria...

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